Pesadillas.
Me despertó en la penumbra de la noche con tal ataque de ansiedad que podía ver como sus costillas empezaban a tener la marca de su gran corazón golpeando sin cesar su caja torácica. La almohada chorreaba sudor, tenía la mirada pérdida y sus manos temblaban mientras buscaban mi cara. Al acariciar mis mejillas y notar mis hoyuelos, sonrió y dijo: 'Soñé que te había perdido'
No hay comentarios:
Publicar un comentario